lunes, 11 de febrero de 2013

¡Hasta luego Bene!


Hemos visto dimitir al Papa antes que a un ministro español. Las malas lenguas dicen que renuncia porque su nombre ha aparecido en los papeles de Bárcenas, esos que Rubalcaba ha falsificado para cargarse a cualquiera que no le guste, y que todo lo que sale en ellos es mentira (“salvo algunash cosash”).

No obstante, el Papa ha afirmado que dimite porque se encuentra sin fuerzas: “hoy las he pasado putas en la séptima serie de sentadillas”, declaraba hace unos días.

Yo estoy un poco confuso. Se supone que el Papa es elegido por Diooooos, que infunde en sus pensamientos directamente su voluntad. Así que se me ocurre que o bien Diooooos se ha equivocado al nombrarle su representante o que el Papa se equivoca al renunciar. Pero Diooooos es omnipotente y por lo tanto no puede equivocarse, y el Papa es infalible (según los cánones del papado) por lo que tampoco puede tomar una equivocación errónea.

De manera que la solución al enigma es sencilla: el Papa ha creado una paradoja que acabará por desmenuzar toda la existencia. La que está liando Rubalcaba.

jueves, 7 de febrero de 2013

No me consta


Nuevo himno del Partido Popular:



-Oiga, disculpe pero esa cartera es mía.

-¿Cómo dice, caballero? ¿Qué insinúa?

-Bueno, pues que yo tenía la cartera en el bolsillo y ahora no está, y ese señor de ahí dice que le ha visto a usted cogerla. Y como veo que de pronto tiene usted una cartera igual en la mano, pues me parece obvio que está intentando robarme.

-No, no, se equivoca, esto es mío. Es que soy muy bueno con las finanzas, por lo que voy generando carteras con dinero de manera espontánea.

-¡Pero si le han visto cogerla de mi bolsillo!

-Pues a mí no me consta.

-Eh... ¿Cómo que no le consta?

-Pues eso, que no me consta. Me gustaría ayudarle, pero ya ve que no puedo hacer nada. Pero si le consuela, yo también me indigno cuando alguien roba a alguien, y lucho cada día para que eso deje de pasar. ¿Puedo contar con su voto?

-Señor, usted es un ladrón y un liante.

-¿Pero cómo voy a ser un ladrón? Para que se entere, yo soy registrador de la propiedad desde los 23, podría ser millonario si quisiera, y en cambio estoy aquí perdiendo dinero al no robarle a usted, como para que encima dude de mi palabra.

-Señor, voy a partirle la cara.

-Bueno, bueno, no se ponga usted así. Mire, para que vea que no tengo nada que ver con esto, voy a decirle a un amigo mío que lo investigue, caiga quien caiga. A veces me duele, de lo honesto que soy... en fin, lo mío es pura vocación para servir al ciudadano.

-¡¿Pero qué gilipollez es esa?!

-No, no, lo siento, no se admiten preguntas. Pero no porque tenga nada que ocultar, es porque yo hablo tan meridianamente cristalino que no hace falta que me pregunte nada. Bueno, pues nada, me voy a esquiar... Ah, por cierto, tenga usted.

-¿Qué es esto?

-Una demanda, por atentar contra mi honor. Le veo en el juicio.